viernes, 6 de marzo de 2009

Comunicado de la ARMH-CUENCA sobre la retirada de símbolos franquistas en Mota del Cuervo

Reproducimos a continuación el texto del Comunicado de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Cuenca en relación a la polémica que se ha suscitado en el municipio conquense de Mota del Cuervo por la decisión del Ayuntamiento de retirar ciertos símbolos franquistas. Aunque como organización no compartamos todos los extremos del texto (nuestra postura general sobre la Memoria Histórica puede verse en: http://democraciacomunista.blogspot.com/2007/10/sobre-la-memoria-histrica.html), nos solidarizamos con la ARMH, de la que es miembro uno de nuestros camaradas, y cuyas acciones apoyamos por considerarla una entidad que de la manera más digna, y contra viento y marea, ha luchado, lucha y luchará para que se haga justicia a los asesinados por la represión franquista y a sus familiares, que tantos años llevan padeciendo esa represión.

COMUNICADO de la ARMH CUENCA

Queremos con este comunicado mostrar nuestro apoyo y solidaridad para con el ayuntamiento de Mota del Cuervo, ante la polémica suscitada por la retirada de la cruz de los caídos, que a nuestro entender se limita a cumplir lo establecido en la ley. Creemos que esta polémica responde a una cierta hipersensibilidad por parte de algunos sectores sociales, en lo que a la memoria de la dictadura, sus símbolos y sus víctimas, se refiere.

El obispado de Cuenca, sin intencionalidad política alguna, considera que dicha cruz no es simbología franquista, evocando sólo la figura de Cristo. ¿Qué Cristo? ¿El Cristo de Ellacuría o Ernesto Cardenal? ¿O el Cristo de la cadena COPE o el de monseñor Williamson, expulsado de Argentina por negar el Holocausto? No, representa al Cristo de la Cruzada, por eso la cruz incluye el escudo franquista, y el símbolo del partido fascista español, Falange. Por ello aparece la leyenda caídos por dios y por España. Es de dominio público que esta es la simbología de una dictadura que pisoteó los derechos humanos en nuestro país durante cuarenta años. ¿No ha visto estos símbolos el obispado en Mota? ¿Tampoco ha visto el nombre de José Antonio Primo de Rivera en la cruz de la catedral o los símbolos franquistas en el monumento a Cruz Laplana?

Nadie duda que las muertes conmemoradas fueron injustas e injustificables, nadie niega, ni les ha negado nunca, su derecho a rememorar a estas víctimas. Ahora bien, algo muy distinto es afirmar su apoliticismo o que murieran meramente por causa de sus creencias religiosas. El estudio de la conspiración para el golpe del 36 en nuestra provincia lo demuestra.

Ciertamente la ley de memoria Histórica declara que se honre y recupere la memoria de quienes padecieron injusticias. Es un hecho que este monumento, como los muchos más que hay en nuestra provincia, llevan ahí décadas. Tampoco se puede obviar que la dictadura nacional-católica honró, homenajeó y exhumó a sus víctimas con fondos del estado, quien lo dude puede consultar el BOE del primer lustro de los cuarenta para constatarlo. Y así hasta hoy. ¿Qué olvido han sufrido estas víctimas? ¿Les ha faltado un espacio digno de duelo y memoria en los últimos setenta años?

A quienes sí les ha faltado es a las familias de los vecinos de Mota víctimas del franquismo (datos documentados pero incompletos) Ramón Reguillo Martínez, asesinado en Cuenca; Faustino Cruz López, en Ocaña; Andrés Perea Contreras, Faustino Tirado Tirado, Isidro García García, Juan Lopezosa Ruiz, Laureano Cruz López, Lorenzo Izquierdo Valverde, Francisca Punteros López, y Victoriano Tirado Peñalver, en Uclés. Y a casi todos ellos aún hoy les falta.

El Partido Popular, en su línea, vota en contra de la retirada de símbolos anticonstitucionales. Unos pocos vecinos se amotinan en defensa de los mismos, otros organizan un “Acto de desagravio” con velas, en la estela de la también apolítica Acción Católica de los años treinta. Resultaría pintoresco y anacrónico, si no fuera por que muestra el apego de algunos sectores dentro de este partido a un régimen antidemocrático.

Ciertamente nadie tiene, pide o demuestra intención de retirar símbolos católicos. No confundamos, de hecho si se hubiera eliminado, en lugar de defender, la simbología franquista de estos monumentos, la polémica no habría surgido. Recordamos a monseñor Del Hoyo anunciando en el verano de 2004 su intención de retirar la cruz de José Antonio del muro de la catedral; Qué diferencia.

Concluimos, reiterando nuestro apoyo al ayuntamiento de Mota del Cuervo y solicitando a las instituciones regionales y locales que, superando el generalizado daltonismo simbólico, sigan el ejemplo de este ayuntamiento y apliquen la ley de memoria sin dilación.
ARMH CUENCA

lunes, 2 de marzo de 2009

Los sindicatos “mayoritarios” escenifican su farsa

Alrededor de 3.000 personas se manifestaron en Albacete el pasado día 22, convocados por UGT y CC.OO. (convocatoria apoyada también por IU). Se cumplía así el ciclo de movilizaciones iniciado esa semana en el resto de capitales manchegas con el que los sindicatos “mayoritarios” pretendían mostrar su rechazo a los efectos de la crisis sobre los trabajadores.

Más allá de la escasa repercusión de estas movilizaciones, del escaso número de participantes (¿no son los “mayoritarios”?, ¿no tienen tantos delegados y liberados?), lo que resulta más indignante es que, mientras se convoca a los trabajadores a movilizarse, los “líderes” de las mismas organizaciones convocantes están diciendo a diario que de Huelga General no quieren oir ni hablar, “que no es el momento”, que ellos “no son extremistas ni radicales”, y otras justificaciones por el estilo de su sometimiento a la patronal y al gobierno.

En el fondo, lo único que han hecho es intentar canalizar, dentro de límites bien controlables, el descontento que cunde entre la población en general y entre los trabajadores más afectados (los que están yendo a la calle por los cierres y despidos) en particular. No han planteado un calendario real de movilizaciones, no tienen un programa alternativo frente a la crisis (más allá de sus ruegos y peticiones) y, lo que es peor aún, tratan por todos los medios de boicotear cualquier intento serio de oposición al capital y al poder por parte de los propios trabajadores que dicen defender. Para colmo, están negociando con Gobierno y Patronal nuevos trasvases de dinero público a manos privadas. Todo menos reclamar de verdad que la crisis la paguen quienes la provocan, los ricos, los capitalistas.

Luego nos extrañamos de cómo actúan en las negociaciones, y especialmente en aquellas que se entablan cuando las empresas anuncian despidos. Simple y llanamente venden a los trabajadores. Lo único que les interesa a estos lacayos es garantizar sus propias prebendas.

Los trabajadores, aquí y en todas partes, tenemos que desenmascarar a estos esbirros del poder, denunciar sus engaños. Y organizarnos al margen de ellos para una lucha efectiva contra nuestro enemigo de clase, contra esa patronal que sólo quiere exprimirnos aún más de lo que ya ha hecho.
L.J.